Seis de cada diez personas en España viven en pisos, según datos de Eurostat, mientras que los demás, en torno al 30% de la población, ha comprado una casa ya construida.
También existen personas que deciden construir una casa a su medida pero , ¿cómo consiguen financiación para un inmueble que todavía no existe?
La hipoteca clásica, en principio, no es una opción. Para estos proyectos, las entidades bancarias ofrecen los llamados préstamos autopromotor. Es una forma de financiación a plazos, ya que el banco va entregando el importe pactado según avanza la obra.
Condiciones
Antes de plantearse solicitar este tipo de préstamo, hay que conocer estas tres condiciones previas:
- Ser propietario de la parcela donde se va a construir la casa, estando debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad.
- Poseer un proyecto de obra de un arquitecto y que esté visado por el Colegio de Arquitectos.
- Conseguir una licencia de obras del ayuntamiento en el que se ubique la parcela. Esos documentos se presentan con la solicitud del préstamo.
Es en ese momento cuando la entidad bancaria estudia la viabilidad financiera de la operación y calcula la cuantía necesaria. Tras la valoración, se fija el tipo de interés que se aplicará y se acuerda la duración del préstamo, que suele ser como máximo de 30 años, aunque esto depende de cada entidad.
Plazos para entregar el dinero Normalmente el límite del capital prestado es el 80% u 85% del coste final, pero la cantidad no se entrega de una vez. El banco hace una primera disposición (la más importante) para comenzar las obras que suele ser de entre el 40% y el 50% de la cantidad total del préstamo.
A partir de ahí, se establecen unas fases en la construcción para que la entidad compruebe que el proyecto sigue avanzando tal y como estaba previsto. Después de superar cada fase, se recibe una nueva cantidad de dinero hasta completar la totalidad del préstamo.
Es muy importante que el propietario y los constructores se ajusten al presupuesto inicial ya que si se ha concedido el límite de capital, sobre la valoración de la futura propiedad, es improbable que el banco conceda una ampliación. Por tanto, se corre el peligro de quedarse sin dinero para finalizar la obra.
No es el único riesgo de esta operación. El propietario debe tener en cuenta que, desde la concesión del préstamo hasta que la casa está construida, puede sufrir reveses económicos que limiten su capacidad de endeudamiento. Por el contrario, las ventajas de construir tu propia vivienda son evidentes:
- Elección del diseño a tu gusto.
- Decisión personal sobre la distribución y los materiales a utilizar.
- Ahorro económico de entre un 20% y un 30% del margen de beneficio del promotor sobre el precio final de una vivienda nueva ya construida